Acerca de mí

Me bautizaron Cecilia por la Santa de la Música. Desde los quince años compongo mis propias canciones y las canto.

Ahora tengo treinta y cuatro años y ochenta y un  canciones; casi todas de amor, de almas gemelas, algunas de desencuentros y despedidas, una para Dios, y otra acerca de los Sueños.

El crochet llegó a mi vida un poco antes, a los trece años.

Una vecina tuvo la buena voluntad de enseñarme, pese a que ella era diestra y yo zurda. No vió ninguna dificultad en eso, ¡Y claro que yo tampoco!

Me enseño cadenetas, medio puntos y varetas. Los puntos enanos y medias varetas los conocí hace muy poco gracias a la maravillosa web.

El alambrismo vino en dos etapas: una muy básica, en la que junto a una amiga, procurándonos el primer alambre que encontramos por ahí, y gracias a una pinza rosario que heredé de mi abuelo, empezamos a doblarlo, logrando formas con el.

Despues íbamos a los puestos de artesanos, mirábamos mucho sus trabajos tratando de recordar la mayor cantidad posible de detalles, y corríamos a casa a tratar de reproducir lo visto.

La otra etapa fue más fácil, tuve una crisis existencial pre-adulta que me llevó a juntarme con los hippies artesanos durante un tiempo: ellos me enseñaron macramé, malla inglesa, y más alambrismo.

Mi único título académico es el de modista. Bueno, eso es al menos lo que dice el diploma que me entregaron en el acto de egresados. Pero yo sé bien que para ser una modista de verdad me falta tomar mucha sopa. Mi abuela lo era, y yo en la confección ¡no le llego ni a los talones!

Mientras tanto, diría que soy bastante prolija cosiendo a máquina.

Soy una escritora en ciernes, todos los años comienzo a escribir un libro que nunca termino, a excepción del que estoy concluyendo ahora: Diario de una Artesana. Además llevo un diario personal desde hace doce años ininterrumpidos; solo para despuntar el vicio de escribir.

Cuando me quedé embarazada de mi único hijo, conocí lo que era un amigurumi. Anteriormente los había visto. Suspiraba por ellos sin animarme a tejer alguno. Ahora colecciono patrones en mi blog Amigurumislandia y empecé a diseñar los propios, aunque soy consciente que necesitaria veinte vidas más para tejer todo lo que tengo ganas.



Los mandalas fueron un obsequio del Universo, a través de mi amiga Amalia, que me regaló unos aros mandala tridimensionales en alambre de alpaca.

Los amé a primera vista. Al día siguiente, intenté reproducir uno idéntico, lo cual me llevó toda la tarde hasta bien entrada la noche.

A causa de ello, no pude contenerme en investigar la historia detrás de esos fascinantes objetos. Desde entonces dibujo, pinto, y confecciono mandalas.

El logo de Aramela Artesanías es la reproducción gráfica de uno de esos aros que me regaló Amalia.

Los mandalas a crochet llegaron a mi vida por el pedido -providencial- de una clienta. No podía hacer uno sólo, así que tejí tres. Gracias a ellos, este blog y mi página de artesanías recorrieron el mundo.

Mi ángel de la guarda me dijo en un sueño "Mi nombre es Aramel". Cuando buscaba como firmar mis escritos, poesías, letras de canciones e identificar a mis artesanías, escogí el femenino, Aramela, con la convicción de que él me iba a acompañar en cada una de mis expresiones artísticas. Y así fue. Así continúa siendo.

Amo a Paul McCartney, los Beatles, Vudú Rock, Divididos, los libros de Luise L. Hay y los videos de Enric Corbera. Siempre ando a la pesca de cuanta nueva disciplina new age pueda ayudar a superarme como persona, pero nunca tengo la constancia suficiente de seguirlas a rajatabla por mas de quince minutos.

Cuando voy a los negocios de lanas, telas o alambres, siempre llevo el dinero justo para no gastarme los ahorros de meses. Salgo de esos lugares tipo Disneylandia, ebria de nuevas ideas y emocionada por mi compra.

Tomo mate en el desayuno y fumo como chimenea. Siempre peso cuarenta y cuatro kilogramos, aunque me coma un lechón entero. Soy flaca por que soy flaca, y no me enorgullezco de ello.

Cuando voy a comprar ropa, me ofrecen talles de niños o los talles chicos me quedan grande, y eso no me simpatiza.

Tengo memoria de elefante, es posible que recuerde tu cumpleaños aunque me lo digas una sola vez, y eso no es todo, porque calcularé tu signo zodiacal y te diré que ascendente te corresponde por la hora de tu nacimiento.

Mi mente corre más veloz que mi lengua, y aunque me encanta hablar, he aprendido que el silencio se rompe sólo para mejorarlo.

Cuando amo, amo con cada fibra de mi ser, y con toda la fuerza de mi alma. Si me propongo algo, lo llevaré hasta las últimas consecuencias. Daré lo mejor de mi, aunque muera en el intento. Haré el esfuerzo necesario y trabajaré intensamente en ello.

El placer de algo bien logrado, es una satisfacción que no tiene precio. Y me encanta sentir esa sensación bailando en mi pecho.

Y por sobretodo, soy una gran apasionada de todo lo que hago. Vehemente, verborrágica, loca entusiasta. Creo firmemente que la chispa divina se expresa a través de la creatividad y la pasión. Me sería imposible hacer nada si no sintiera el fuego del amor crepitando en el centro de mi pecho.

La energía más poderosa del universo: esa es la que me mueve, conmueve, dirige y guía mis pasos.



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2 comentarios:

  1. Amo leerte.. pero mas amo conocerte.. sos así como lo describís y mucho mas..

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    1. Y yoni? Sos un regalo del cielo. La afortunada, bendecida y agradecida soy yo por tener la amistad de una persona tan maravillosa como vos. Por compartir tantos momentos juntas. Por contar con tu sabiduría y tu amor de mamá del corazón. Gracias por existir, Sil! Te amo hasta el infinito y más allá!

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